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Índice de documentos presentados sobre el Dr. Fernando Altamirano

lunes, 3 de octubre de 2016

4 de octubre de 1905. Las floras regionales y su explotación agrícola.

4 de octubre de 1905. El periódico El País publica la iniciativa leída por el Dr. Fernando Altamirano en el Congreso Agrícola de Tulancingo, el 6 de septiembre de 1905. En ella indica la necesidad de que los agricultores conozcan bien las plantas silvestres que vegetan en sus propiedades y regiones comarcanas, que las cultiven y que las exploten por sí mismos o formando compañías; y enumera tres proposiciones o propuestas: 1ª Empréndase el estudio de la flora silvestre del estado de Hidalgo, por regiones determinadas, comprendiendo primeramente aquellas plantas que sean más susceptibles de explotación. 2ª Nómbrese una comisión formada por cinco miembros escogidos de entre los señores Congresistas, que de común acuerdo en la Sociedad Agrícola Mexicana estudien y resuelvan todo lo relativo al programa de estos trabajos, y a las dificultades que hubiera para llevarlos a cabo. 3ª Está comisión dará cuenta al Congreso de 1906 de los resultados de sus trabajos, presentando una memoria que contenga todos los estudios hechos acerca de las Floras silvestres regionales y de su explotación en este Estado.




Tercer experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides). 3 de octubre de 1876.

3 de octubre de 1876. Tercer experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides).

El 3 de octubre llevamos al laboratorio una perra de talla pequeña. Su pulso latía 120 veces por minuto, y su temperatura, tomada en el recto era de 39° 1/5.  A las 3 menos 15’ de la tarde recibió bajo la piel de un costado por dos puntos distintos 2 gramos del extracto emulsionado en la suficiente cantidad de agua. La inyección le ocasionó un dolor bastante vivo, pero fugaz. A los 2 minutos aparecieron ligeros estremecimientos generales, y muy poco tiempo después cayó el animal como siderado, quedando en inmovilidad absoluta. En este momento encontramos su temperatura a 39; su pulso latía de 92 a 100 por minuto; sus pupilas estaban enormemente dilatadas, y la respiración era imperceptible. Pisándole las patas punzándole o pellizcándole no daba indicios de percepción; pero se conocía que el animal estaba vivo, porque de vez en cuando aparecían ligeros movimientos convulsivos.  A los 8’ de inyectado el veneno cesaron estos movimientos y todo indicio de vitalidad, menos los movimientos del corazón, claramente perceptibles a la mano aplicada sobre las costillas.

Esperamos dos minutos más, y no advirtiendo signo alguno que prometiese una reacción a favor de la vida, consideramos que nuestra víctima estaba bien muerta, procedimos a inspeccionarla.  En la cavidad del vientre encontramos los intestinos congestionados y agitados por movimientos peristálticos que persistieron durante toda la autopsia; las venas mesaráicas, renales, eplénicas, etc., tursentes, de color oscuro y varicosas; el hígado congestionado, granuloso y blando; los riñones y el útero al parecer sanos. En la cavidad torácica el corazón continuaba latiendo a pesar de que la aurícula derecha y sus venas tributarias estaban fuertemente distendidas por sangre negra no coagulada; los pulmones crepitaban a la presión, y tenían un color rojo-ladrillo con anchas placas grises.

Lo visto en esta inspección nos demostraba que la muerte se hizo por asfixia, y que nuestro veneno no ataca los músculos sustraídos al imperio de la voluntad, supuesto que continuaban los movimientos peristálticos del intestino y los rítmicos del corazón. ¿Se extiende esta inmunidad al aparato muscular de la vida de relación? Fácil nos fue esclarecer este punto con auxilio de un aparato de electrización dinámica: todos los músculos eran perfectamente excitables, acaso su excitabilidad estaba algo exagerada; pero los nervios motores no contestaban a la corriente, estaban del todo muertos.

Esto, más los signos que el animal dio en vida, nos llevan a estas conclusiones: 1ª. El extracto del colorín es venenoso para algunos mamíferos, como lo es también para algunas aves. 2ª. Este veneno paraliza los nervios motores. 3ª. Respeta la fibra muscular lisa y estriada. 4ª. Respeta también, ene l aparato nervioso, los centros de sensibilidad y el sistema del gran simpático.

Fuente: Manuel Domínguez y Fernando Altamirano. Del Colorín. Gaceta Médica de México, 1877.

Segundo experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides). 30 de septiembre de 1876.

30 de septiembre de 1876. Segundo experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides).  

El 30 del mismo mes y año, un perro de buena talla, enflaquecido por la miseria y padeciendo entonces diarrea consecutiva a la acción de 5 gramos de Erythrina que días antes se le habían administrado por la boca, recibió por un costado un gramo del mismo extracto disuelto en agua. La inyección le causó un dolor momentáneo. Diez minutos después de practicada la inyección se observó que el animal se ponía inquieto, trémulo, y arrojó una gran cantidad de orina. Transcurrieron algunos segundos, y cayó al suelo, sin que le fuera posible volver a ponerse en pie, no obstante que lo procuró diversas veces.  Llamó nuestra atención el que la inteligencia del animal se conservara perfecta, así como su sensibilidad: hablándole o silbándole movía la cabeza, dirigía los ojos hacia quien le llamaba, y meneaba la cola: pisándole una pata la retiraba en el acto; pero debemos advertir que al cabo de poco tiempo fue disminuyendo la significabilidad del dolor hasta llegar momento en que se pudo pisar o herir al animal sin que pareciese notarlo.  Un cuarto de hora después de practicada la inyección pudo el perro ponerse sobre sus patas y dar algunos pasos por el laboratorio; pero a los pocos minutos sus piernas se fueron poniendo rígidas y torpes hasta faltarle al fin, obligándolo a caer de nuevo, sin que diese la menor señal de sufrimiento ni angustia, y sin que su semblante perdiese los signos de la inteligencia que es propia a los individuos de esta raza.

Pasó algún tiempo: y como si el descanso en decúbito hubiera bastado para que la médula recobrase su poder reflejo, volvió el animal a levantarse y dio algunos pasos con perfecta regularidad; pero a poco apareció la rigidez progresiva del tren posterior y la consiguiente torpeza para la progresión que era irregular y extravagante, pues caminaba nuestro perro con el espinazo en arco y como bailando sobre la pinta de los pies, hasta que perdido el equilibrio caía nuevamente. Esta lucha se prolongó una media hora, durante la cual fueron desapareciendo lentamente los fenómenos de la intoxicación. La inyección se hizo a las 3 menos 6 minutos de la tarde, y dimos por sano al perro a las 3 y 42¨.

Este experimento corrobora la sospecha indicada en la segunda de las conclusiones deducidas del anterior, y afirma la primera. La Erythrina, en efecto, es un veneno que no conmueve el centro encefálico, supuesto que se conserva la inteligencia; que tampoco dirige acción hacia los nervios sensibles, puesto que, bien acentuados los signos de la intoxicación, al animal percibe hasta el dolor más ligero. Suponemos por lo mismo otra vez, y con mejor fundamento, que nuestro veneno perturba las funciones vitales obrando sobre la fibra muscular o sobre los nervios de movimiento. Creemos, en efecto, que si el animal en el más alto periodo de la intoxicación, no se mueve cuando se le lastima, no es porque no perciba el dolor, sino por incapacidad de demostrarlo en sus movimientos.

Fuente: Manuel Domínguez y Fernando Altamirano. Del Colorín. Gaceta Médica de México, 1877.

Octubre de 1908. Doctores Toussaint y Urrutia diagnostican aneurisma de la aorta al Dr. Fernando Altamirano

Octubre de 1908.  En estos días, el Dr. Fernando Altamirano ha pedido a sus compañeros, los doctores Toussaint y Urrutia, que le hagan una revisión, pues ha creído encontrarse enfermo del corazón. Efectuado el reconocimiento o revisión, los doctores han diagnosticado un aneurisma de la aorta.

Fuente: Periódico La Patria del 8 de octubre de 1908. P. 3.

1 de octubre de 1907. The Mexican "Yellow Tree"

1 de octubre de 1907. La publicación The India Rubber World menciona el interés que sigue generando el Palo Amarillo, o The Mexican "Yellow Tree", descrito en 1905 por el Dr. Fernando Altamirano, como Euphorbia elastica. La misma publicación,. pero del 1 de diciembre de 1907, mencionará que la especie será reclasificada como Euphorbia fulva.






Ribes altamirani: Especie dedicada al Dr. Fernando Altamirano por el profesor Edward Janczewski-Glinka. Octubre de 1907.

Octubre de 1907.  Este mes el profesor polaco Edward Janczewski-Glinka publica su reconocida obra Monographie des Groseilliers en la revista Mémoires de la Société de Physique et d'Histoire Naturelle de Genève, donde mundialmente dio a conocer a la especie Ribes altamirani, (dedicada a Fernando Altamirano) la cual ya había mencionado por él en el número de enero de 1906 del Bulletin International  de l’Académie des Sciences de Cracovie, pero sin tanta difusión.  El profesor Janczewski comunicó su decisión de dedicar esta especie al Dr. Fernando Altamirano en una carta enviada el 5 de diciembre de 1904, donde además de mencionar que examinó la colección de especímenes que le habíamos enviado el año anterior, mencionó lo siguiente: “La plante en fleurs (petites roses?) du Serrania del Pinal, est une espèce nouvelle que je me propose de nommer R. Altamirani”.