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Índice de documentos presentados sobre el Dr. Fernando Altamirano

domingo, 24 de enero de 2021

Repercusiones adicionales del trabajo de Fernando Altamirano y sus compañeros sobre el zapote blanco (Casimiroa edulis)

Algunos de los trabajos y aportes del Dr. Fernando Altamirano y de sus compañeros del Instituto Médico Nacional tuvieron tanta repercusión en el mundo, que interesaron a científicos de Europa y los Estados Unidos a profundizar más en esos estudios. Este es el caso de las investigaciones sobre las propiedades narcóticas del zapote blanco, que fue originalmente el tema de una memoria de José Sánchez, para sustentar el examen general de farmacia en 1893, titulada «Breve estudio sobre la almendra del fruto del zapote blanco», y que el instituto continuó. Como se vio, los resultados de las investigaciones de Altamirano y de sus compañeros, incluyendo la identificación de un glucósido nuevo al que llamaron casimirosa, como el principio activo, fueron publicados en mayo de 1897, y pronto fueron conocidos y difundidos por la prensa internacional. (ver enlace).

En 1900, el profesor W. Bickern, del Departamento de Farmacia de la Escuela Politécnica Federal de Zurich, Suiza, recibió a través de la compañía E. H. Worlee & Co., de Hamburgo, una muestra de semillas de zapote blanco de México. Bikern había pensado primero que la acción hipnótica provenía de la pulpa de la fruta, pero después de conocer los resultados positivos obtenidos por el Instituto Médico de la Ciudad de México en las semillas, reanudó sus estudios sobre Casimiroa edulis y se concentró en comprobar los estudios químicos de autores mexicanos. Fue entonces cuando estableció que el compuesto considerado por los mexicanos como el principio activo y tomado por José Sánchez como un alcaloide, por Fernando Altamirano y sus compañeros como un glucósido (casimirosa) era un gluco-alcaloide al que le dio el nombre de casimirina en lugar del más antiguo, y considerado por él inapropiado, de casimirosa. El estudio de Bickern se publicó en 1903 en la revista alemana Archiv der Pharmazie, con el título de Contribución al conocimiento de la Casimiroa edulis La Llave. Ahí, Bickern identificó la fórmula empírica de la casimirina como C30H32N2O5, a través del análisis elemental. Además, aisló un cuerpo libre de nitrógeno del polvo de la semilla en forma de agujas blancas que se fundían a 207°, que él denominó casimirol, con la fórmula empírica C27H48O2. (Bickern, W, 1903, Beitrag zur Kenntnis der Casimiroa edulis La Llave, Archiv der Pharmazie, vol. 241, p. 166-176). 

Al mismo tiempo, el profesor Cloëtta, también en Zurich hizo experimentos sobre la acción hipnótica de varios extractos alcohólicos o etéreos de semillas de Casimiroa en animales, sin resultados. 

En Francia, en 1901, Henri Bocquillon, realizó una investigación sobre el estudio químico de la semilla y corteza de Casimiroa edulis en su tesis doctoral en farmacia. (Bocquillon, H., 1901, Etude botanique et pharmaologique des Xantoxylées-Casimiroa).

En 1907, Henri Bocquillon le presentó al profesor Albert Robin tinturas de Casimiroa preparadas por él. Se realizaron varias pruebas concluyentes en el departamento del profesor Robin en el Hospital Beaujon. Allí, Alberto Robin y A. Coyon lo usaron durante dos años y confirmaron su acción hipnótica y antiespasmódica en un gran número de casos. Mencionaron que, a una dosis de una a dos cucharaditas, el extracto fluido hidroalcohólico de semillas de Casimiroa edulis brindaba de dos a tres horas después de su ingestión, un sueño tranquilo, sin pesadillas, que recuerda al sueño normal y seguido de un despertar sin dolor de cabeza, sin fatiga, sin náuseas; el efecto duraba cinco y seis horas. Agregaron que, sin acción nociva, se podía utilizar en ancianos, en pacientes con enfermedades renales; estaba llamado a prestar un gran servicio a los pacientes que padecía neuropatía. Solo era tóxico en dosis altas; por lo que era mejor no exceder las dos cucharaditas. Las contraindicaciones serían, citando el trabajo de los autores mexicanos: una acción paralizante de la respiración, que los franceses no observaron; una acción paralizante sobre el músculo cardíaco, que los franceses sí observaron y que contraindicaba el uso de Casimiroa edulis en condiciones donde el miocardio estaba dañado (Robin, A. y Coyon, A, 1909, De l’emploi du Casimiroa edulis ou Zapoté blanco comme hypnotique, Bulletin général de thérapeutique médicale, chirurgicale, obstétricale et pharmaceutique, 158, p. 16-17). 

En 1909, uno de los alumnos del profesor Robin, Louis Vincent, reanudó el estudio terapéutico de la Casimiroa edulis y realizó su tesis inaugural sobre este producto desde un punto de vista botánico, fisiológico y terapéutico. En su trabajo, Vincent nombró numerosas veces al Dr. Fernando Altamirano. Vincent mencionó que, en 1898, el Instituto Médico de la Ciudad de México nombró una comisión que, bajo la dirección del profesor Altamirano, retomó el estudio químico y botánico de Casimiroa y buscó además establecer la acción fisiológica y terapéutica de los extractos de la planta. Agregó que el resultado de estos estudios realizados por los doctores Ramírez en botánica, Rio de la Loza y Loza y Villasenor en química, Armendaris y Altamirano en fisiología, Torres y Orvananos en terapéutica, apareció in extenso en el volumen 2 de los Datos para la Materia Medica Mexicana en 1898. Vincent aclaró que cuando en su tesis informara los estudios del Instituto de México, sustituiría el nombre de cada miembro del comité por el nombre del director, el profesor Altamirano. Por eso, Altamirano fue tantas veces nombrado en este trabajo. Las conclusiones de Vincent en el área terapéutica fueron que la Casimiroa edulis podía brindar grandes servicios terapéuticos como hipnóticos, y merecía ocupar un lugar importante en el arsenal terapéutico, porque no presentaba ninguno de los inconvenientes que tantas veces limitan el uso de otros hipnóticos, en particular el opio. Además, que el extracto fluido de las semillas utilizado en una dosis de una a dos cucharaditas, de 3 a 6 gramos, producía, aproximadamente dos horas después de la ingestión, un sueño tranquilo y reparador de cinco a seis horas. Esta acción era especialmente clara en el insomnio por excitación nerviosa. Por otra parte, concluyó también que la dosis tóxica del extracto es muy alta (se requería una cantidad muy alta para ser tóxica) y que a las dosis terapéuticas indicadas, no tenía efecto sobre la albuminuria y la temperatura; la presión arterial no parece estar influenciada. Finalmente, advertía que, dada su acción depresiva claramente observada en animales, el extracto de Casimiroa no debía prescribirse en pacientes cuya fibra cardíaca esté afectada (miocarditis) y que esta era la única contraindicación (Vincent, L., 1909, Contribution à l'Etude du “Casimiroa Edulis”, Bulletin général de thérapeutique médicale, chirurgicale, obstétricale et pharmaceutique, 158, p. 193-212, 241-262, y 291-293). 

Por otra parte, ese mismo año, a petición del profesor Albert Robin, el Dr. J. Chevalier realizó un estudio químico y fisiológico del fármaco. Chevalier pudo confirmar el trabajo de Bikern y Bocquillon desde un punto de vista químico. Aisló de la semilla, por el método indicado por Bikern, el gluco-alcaloide de Casimiroa y pudo observar con gran asombro que este cuerpo en dosis elevadas se determinaron accidentes tóxicos, pero ningún efecto hipnótico en los distintos animales del experimento. Por ello, según Chevalier, el glucoalcaloide no era el agente hipnótico del extracto, sino que la acción sedante sobre el sistema nervioso central probablemente venía de la esencia (aceite esencial) y las resinas del mismo. Esto explicaba, según él, por qué el profesor Cloëtta no pudo obtener un efecto hipnótico con extractos alcohólicos o etéreos que sí contenían el glucoalcaloide, pero casi no contenían resina ni aceite esencial. Chevalier menciona: «A petición del profesor Albert Robin, recientemente retomé el estudio farmacodinámico de Casimiroa edulis, que había utilizado durante algún tiempo en su práctica médica con éxito como hipnótico. Primero operé con un extracto de semilla hidroalcohólico después de expulsar el alcohol al vacío a baja temperatura; Obtuve una masa aceitosa de color marrón que no era completamente soluble en agua, pero que se emulsionaba con la suficiente facilidad para inyectarla en animales, y que poseía un fuerte olor aromático que recuerda al extracto de lúpulo. También, según las indicaciones de W. Bickern, he aislado y experimentado con el glucoalcaloide que él había estudiado desde el punto de vista químico. Así pude observar entre estos dos preparados una diferencia considerable de acción farmacodinámica: mientras que el extracto determinaba claramente los efectos hipnóticos indicados por los autores mexicanos, en particular por Altamirano, el glucoalcaloide, solo tenía efectos, parálisis tóxica, pero no tuvo un efecto marcado sobre la actividad cerebral y la sensibilidad»  (Sobre la acción farmacodinámica de Casimiroa edulis). Más adelante concluye: «Por tanto, de este estudio concluyo que la actividad terapéutica del fármaco debe atribuirse sobre todo al aceite esencial y a los materiales resinosos más probablemente resultantes de la oxidación de este aceite esencial. Esta hipótesis es consistente con el hecho ya señalado por Altamirano de que el extracto de corteza no determina la hipnosis en los animales, sino solo los accidentes tóxicos. Esta corteza no contiene aceite esencial. Por lo tanto, desde un punto de vista práctico, solo se darán preparados grasos. No se deben buscar resultados satisfactorios y su contenido de alcaloides. Sin embargo, deben obtenerse fríos o al menos a baja temperatura para evitar cualquier pérdida de la esencia (o aceite esencial)» (Chevalier, J., 1909, Sur l'action pharmacodynamique du Casimiroa edulisSur l'action pharmacodynamique du Casimiroa edulis, Bulletin général de thérapeutique médicale, chirurgicale, obstétricale et pharmaceutique, 158, p. 96-101).


Fragmentos del trabajo de Louis Vincent, «Contribution à l'Etude du “Casimiroa Edulis"», de 1909, en el que menciona al Dr. Fernando Altamirano.



sábado, 16 de enero de 2021

31 de enero de 1900. Tequampatli.

31 de enero de 1900. El Dr. Fernando Altamirano presentó su lectura de turno titulada Tequampatli, en la junta mensual del Instituto Médico Nacional, la cual fue publicada ese año en los Anales del Instituto Médico Nacional, tomo IV. 

Sobre esta planta, Altamirano concluyó lo siguiente: «Se ve, pues, que el Tequampatli es bien tóxico y que se confirma la creencia antigua de sus propiedades venenosas. Se confirma también que es útil para envenenar á las fieras como hacen los campesinos actualmente, siguiendo el método que puse yo en práctica: la ingestión por el estómago con carne. Llama sí la atención que la dosis de 28 gramos no haya sido mortal para el perro, pues en esta cantidad ya se dificulta que los animales coman espontáneamente la mezcla tóxica, no obstante que la corteza carece de todo sabor y olor, lo que es gran ventaja para su administración como veneno. Nuevas investigaciones nos aclararán esta duda».

Este estudio fue publicado nuevamente veintiocho años más tarde, el 1 de abril de 1928, en el periódico La Farmacia, con la siguiente nota: «Como demostración de la importancia de los estudios que se hicieron en el Instituto Médico Nacional, de feliz recordación, publicamos un trabajo del señor Fernando Altamirano, acerca de una planta indígena, de notables propiedades tóxicas, análogas a las de la estrictina».


TEQUAMPATLI

Historia.— 

    Hace mucho tiempo que en mis diversas excursiones, sobre todo al Estado de Morelos, se me refirió que habla un bejuco con que se envenenaba a los coyotes. Se les hace tomar este veneno machacando la raíz de la planta entre dos piedras y mezclando el jugo y parte de pulpa con carne, la que se colocaba en sitios adecuados para que fuera comida por los animales. 

    Yo colecté un ejemplar de tallo simplemente, por ser el único que había de la planta en el camino que conduce de Miacatlán a Palpan en el año de 1876. Era en efecto de una planta sarmentosa, recubierta por un súber grueso, blando y de color moreno. Ensayado en los animales después de algún tiempo de colectado no produjo fenómeno alguno. En vista de este resultado negativo se abandonó el estudio de esta planta, creyendo que era inerte o que no era el verdadero Tequampatli el que yo había recogido. 

    Mas en este último viaje que hice a Jojutla en el mes próximo pasado, se me volvió a referir la misma historia de la planta en cuestión, asegurando los indios que ellos lo tenían bien ensayado. 

    Habiendo recibido la raíz que envió el Dr. Espinosa por mi encargo, hice su estudio morfológico y fisiológico, y encontré, como veremos, que esa planta es probablemente una gonolobus dotada de propiedades enérgicas. Pero antes de referir mis estudios quiero dar a conocer lo que escribió el Dr. Hernández sobre dos plantas que llamó Tequampatli y cuyos datos copio de la traducción que hice de la obra. 

  • Tequampatli. Veneno de fieras. ¿Apocináceas? ¿Asclepiadeas? 

«Caracteres, según Hernández». 

Raíz, semejante a rábano; hojas del tamaño y figura de corazón, por abajo hirsutas, por encima blanquizcas. 

Tallo: áspero y delgado de dos palmos de largo (50 a 60 centímetros). 

Flores blancas y medianas.

Lugar de vegetación: en los montes de Palpan, 

Propiedades: mata a los leones, tigres y otras fieras. 

  • Tequampatli. 

Caracteres, según Hernández

Raíz: semejante al Gamón o Camotl, suave y blanca. Tallos delgados y redondos. Hojas como las del Diente de León. Flor ninguna, según dicen. 

Propiedades: de sabor algo amargo. 

Aplicaciones: cura los tumores malignos; se le unta después de molida. 

Lugar de vegetación: lugares templados, altos o planos, de las Mixtecas inferiores. 


    Hay pues dos plantas distintas que llevan el nombre de Tequampatli. De una se dice terminantemente que es tóxica y de la otra no se dice que lo sea. La primera está escrita de distinto modo que la segunda, lleva m donde la otra tiene n, sin que se sepa si esto constituye un signo distintivo. 

    Veamos lo relativo a la planta que se me remitió de Jojutla. 


DESCRIPCIÓN DE LA DROGA. 

Tequampatli, ¿Asclepiadeas. Gonolobus? 

Origen. — Remitido de Jojutla, Estado de Morolos, por el Sr. Dr. Amador Espinosa. Refiere que el lugar de vegetación es Xicatlacotla, del Estado, de Guerrero a cuatro leguas de Jojutla. 

Caracteres. — Rizomatosa en fragmentos de 10 a 40 centímetros de largo, cilíndrica, algo flexuosa, con muy pocas ramificaciones y casi privada de radículas. Superficie exterior rugosa con tierra y con estrías longitudinales en el súber que es muy grueso, blando, de color de café. 

Corte transversal: porción cortical de color blanco obscuro y firme, dejando exudar un abundante jugo lechoso. Entre la corteza y el leñoso una delgada línea obscura que corresponde al cambium. 

El cilindro leñoso central, blanco amarillento, con finas estrías radiales, anchos vasos cuyas secciones abiertas se ven a la simple vista. 

El centro está ocupado en algunos ejemplares por médula blanca pequeñita. 

Olor y sabor, nulos. 

Caracteres anatómicos. 

Súber grueso de células en hileras radiales conteniendo una substancia café. 

Parenquima cortical con abundantes cristales en macles, laticíferosy almidón. 

Líber sin fibras, con abundantes cristales y laticíferos y constituido por un tejido denso cuyas células pequeñas están dispuestas en series radiales, que contienen almidón y cristales. 

El leñoso presenta abundantes rayos medulosos de una sola hilera de células punteadas conteniendo almidón. 

Los vasos son anchos, varios acuplados y encerrandos todos, ¿un abundante micelio de hongos? 

La médula pequeña. 

Laticíferos no articulados, bastante anchos, con numerosas ramificaciones transversales. Aparecen con un color moreno y su contenido finamente granuloso, pero el látex que se hace brotar es enteramente blanco inodoro e insíl)ido. Se concreta pasado algún tiempo en una masa suave de consistencia cerosa y de color negro en ciertos puntos. 

Según estos caracteres anatómicos, la raíz del tequampatli es una Asclepiadea probablemente del género gonolobus. 

Es además tóxica, produciendo fenómenos análogos a los de la estricnina, como se puede ver en la parte fisiológica, y encierra un principio alcalóidico en abundancia. 


Experimentación fisiológica. 

    Ensayé el cocimiento de la corteza inyectándolo bajo la piel en varias palomas. El resultado obtenido fue que 1 gramo de corteza produjera los síntomas de intoxicación sin la muerte y que 2 gramos mataran al animal. 

    Los síntomas principales fueron la pérdida de la coordinación de los movimientos al principio y después contracciones tetaniformes y suspensión de los movimientos respiratorios, produciéndosela muerte por asfixia. 

    Durante los accesos tetaniformes, éstos no se aumentaban ni se provocaban una vez pasado el acceso por los tocamientos del animal ni por el sonido, carácter distintivo con los accesos estrícnicos. 

    A un perro administré 25 gramos de polvo de corteza fresca mezclados con carne. Hice ingerir la mezcla al animal en ayunas y se produjeron los síntomas tóxicos bien marcados como una hora después. Lo principal que se observó fue abundantísimo ptialismo, más que si hubiera tomado el perro pilocarpina, perturbación de la motilidad y accesos tatiformes como en la paloma sin llegar a interrumpirse la respiración. El animal duró con los síntomas de envenenamiento como 6 a 8 horas y volvió a su estado normal. 

    Se ve, pues, que el Tequampatli es bien tóxico y que se confirma la creencia antigua de sus propiedades venenosas. Se confirma también que es útil para envenenar a las fieras como hacen los campesinos actualmente, siguiendo el método que puse yo en práctica: la ingestión por el estómago con carne. Llama sí la atención que la dosis de 28 gramos no haya sido mortal para el perro, pues en esta cantidad ya se dificulta que los animales coman espontáneamente la mezcla tóxica, no obstante que la corteza carece de todo sabor y olor, lo que es gran ventaja para su administración como veneno.

    Nuevas investigaciones nos aclararán esta duda. 


México, Enero 31 de 1900. — F. Altamirano.