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Índice de documentos presentados sobre el Dr. Fernando Altamirano

jueves, 12 de noviembre de 2020

El Pañete. Investigación y aislamiento por primera vez del plombagín, plumbagín o plumbagina, a partir de la Plumbago pulchella en 1894

1894.  El Dr. Fernando Altamirano publica su artículo «El Pañete» en la primera parte de los Datos para la Materia Médica Mexicana, de 1894. En este artículo detalla la descripción botánica de la planta conocida científicamente como Plumbago pulchella, y vulgarmente como pañete o tlepatli, la historia de su conocimiento, así como su composición química, acción fisiológica y aplicaciones terapéuticas. En la parte de composición química, identifica y describe por primera vez como principio activo al compuesto orgánico denominado por él plombagín, y que después se ha seguido llamando plumbagin o plumbagina, como una sustancia compuesta por cristales aciculares, amarillos, entretejidos que formaban masas esponjosas y ligeras. En la parte de acción fisiológica es apoyado por el Dr. Manuel Toussaint Vargas, y finalmente concluye, tanto en este escrito como en su libro compendio Materia Médica Mexicana, que el plombagín o plumbagín podía ser usado para destrucción de tumores malignos, para contrarrestar dolores de muelas, y como revulsivo. 

Sesenta y dos años después, en 1956, F. A. Kincl, y J. Rosenkranz reconocieron que Fernando Altamirano fue el primero en investigar esta especie y en describir el aislamiento del plobagín en su artículo titulado «El aislamiento de la plumbagina de Plumbago pulchella Boiss», en la página 10, de los número 1 a 3, del volumen 16, de la revista Ciencia: Revista hispano-americana de Ciencias puras y aplicadas Ciencia: Revista hispano-americana de Ciencias puras y aplicadaspublicada el 10 de agosto de 1956.


EL PAÑETE

Plumbago pulchella.—Plumbagíneas. 

    HISTORIA

    Con el nombre tlepatli designaron los antiguos mexicanos varias plantas, no todas del género Plumbago, ni todas con las propiedades de producir irritaciones enérgicas. Daban también este nombre a plantas que usaban para curar las quemaduras; pero no cabe duda que conocieron los efectos del plumbago de que nos ocupamos y que corresponde al tlepatli descrito en la edición romana del Hernández pág. 102 y al señalado como de Tetepecuacuilco en la página 429 de la misma edición. 

    El Sr. Cervantes, en su Ensayo a la Materia Médica Vegetal de México, señala el tlepatli como perteneciendo al Plumbago zeyldnica y dice lo siguiente: «Hace en el pedregal de San Angel, Chapultepec y otras partes. Los indios conocieron su virtud excalfatoria y por lo tanto le dieron este nombre que quiere decir medicina de fuego. Las hojas machacadas y aplicadas a las muñecas levantan ampollas y curan el dolor de muelas y las fluxiones de los ojos. Cerca de Yecapixtla lie observado también el Plumbago rosea que los indios llaman igualmente tlepatli; tiene las mismas propiedades, y los naturales de Ambeina la aplican machacada y fresca a los pies edematosos de los hidrópicos, leuco-flegmáticos y paralíticos, para levantar ampollas y atraer por este medio los humores que causan dichas enfermedades».

    El Sr. Cristino Gómez se ocupó de esta planta en su tesis inaugural el año de 1884. La especie a que él se refiere es la scandens muy afine a la pulchella

    Como resultado de sus trabajos analíticos llegó a determinar las substancias que mencionaremos al hablar de la parte química. 

    Dice además que ni por los reactivos de Meyer y Bouchardat, ni por el método de Stas y otros, pudo obtener indicios de la existencia de un alcaloide. Agrega que esta planta es el tlalchichinoli de los mexicanos, la cual fué usada por el Sr. Dr. Rafael Lucio en en el tratamiento de varias enfermedades, particularmente en el cáncer, inyectando los tumores ó aplicando el polvo en cataplasmas, ó bien dándola al interior en la dosis de 1 a 1 1/2 gramos dos veces al día. Es probable que en esto haya habido algún error por parte del Sr. Gómez, pues que al plúmbago no se le llama tlalchichinoli, y que la planta que usaba el Sr. Lucio para tratar los tumores cancerosos, según nos consta, con el nombre de tlalchichinoli ó tlalchichinoa era la Tournefortia mexicana, de las Borragíneas. 

    La Farmacopea Mexicana designa el Plumbago scandens con los nombres de tlalchichinoli y de tlepatli. Agrega que las hojas aplicadas al exterior obran como cáustico, y al interior como emético sumamente peligroso. La raíz también es cáustica y purgante. 

    Nuestro plúmbago no ha sido ensayado por ninguna otra persona, pues que lo que se refiere en las obras de Guibourt, Dujardin Beaumetz, etc., es relativo a otras especies, según podrá verse en los siguientes apuntes que damos con el objeto de manifestar que el principio activo encontrado por Dulong es análogo, si no el mismo, que el que se ha aislado por nosotros del tlepatli. 

    Dulong en el año de 1828 analizó el Plumbago europoea, L., que crece en Francia. Dice este autor que la coloración plomiza que comunica el plúmbago al papel parece ser debida a la acción del aire sobre un principio volátil; que el principio acre, lo aisló por medio del éter y del agua hirviendo, que lo deja depositar cristalizado por enfriamiento en forma de copos amarillos; que estos cristales de un amarillo naranjado son poco solubles en el agua y mucho en el alcohol y en el éter, no tienen carácter ácido ni alcalino, se funden a un calor suave, son volátiles sin alteración, y por último, que los ácidos no les hacen cambiar de color, pero los álcalis sí les hacen tomar una coloración rojo cereza. 

    Defiere que las raíces se les ha aplicado como emético, para provocar el aborto introducidas al cuello uterino; para modificar las úlceras pútridas y cancerosas, para combatir las verrugas y la sarna, y como un purgante hidragogo. 

Dujardin Beaumetz dice que la dosis en que se ha preconizado como vomitivo y purgante es de 15 a 60 centigramos. Refiere que se han estudiado el Plumbago rosea , L., originario de la India, y el Plumbago zeylanica , L., que se produce también en la India, Travancora, Bengala, etc., habiéndose encontrado en todos el mismo principio activo con las mismas propiedades cáusticas. La tintura preparada con la especie zeylanica fué usada en la India por los médicos ingleses como antiperiódica, habiéndose encontrado que obra además como un sudorífico enérgico. Los habitantes de las Islas Sandwich usan esta raíz para teñirse la piel de negro gris permanente. 

BOTÁNICA

Plumbago pulchella, Boiss. Prodromus. D. C., T. XII, p. 692. 

Sinonimia científica.— Plumbago rhomboidea , Loddig.

Sinonimia vulgar. —Jiricua, Tlepatli en idioma mexicano, Yerba del alacrán, Cola de pescado, Cola de iguana, Yerba lumbre, Pañete. 

    Tallo erguido, herbáceo, delgado, estriado, hojas aovado-oblongas, enteras, acuminadas, atenuadas en la base en un peciolo muy corto, amplexicaule y exauriculado, las superiores sub-sésiles; inflorescencias terminales, en espiga-racimos dispuestos en cimas dicótomas, las espigas largas, paucifloras y con el raquis glanduloso, bráctea inferior aovado-acuminada, apenas de la mitad de la longitud del cáliz, las laterales apenas aparentes, muy pronto caducas, lanceolado-filiformes; cáliz ligeramente tubuloso-cónico, surcado-acostillado, en la base surcado-carnosito, en más de la tercera parte agudo quinquefido, de la base a la mitad desnudo, superiormente y sobre las costillas, poco y en dos series glanduloso, corola casi de doble longitud del cáliz, lobos del limbo oblongo-agudos, de color azul violado, de 12 milims. de largo, utrícula oblongo-claviforme pentágona. Florece de Julio a Septiembre. Vegeta en el Valle de México y en varios lugares de los Estados de Gluanajuato, Querétaro y Oaxaca. 

CARACTERES DE LA DROGA.—Raíces. —Rizomatosas, torcidas, fasciculadas, de \ cent, a cuatro' de diámetro, entretejidas unas con otras, densas y duras; la corteza gruesa, negruzca al exterior, amarillenta al interior, de saborastringente y picante; meditulio leñoso, sin médula aparente, de color rojizo é insípido. En una sección transversal se notan con la lente dos zonas manifiestas: la primera es exterior, formada por la corteza amarillenta, que se tiñe de rojo morado con los álcalis y de amarillo verdoso con los ácidos; la segunda zona está formada por el meditulio rojizo con líneas obscuras numerosas, que irradian del centro, y multitud de poros abiertos. Este meditulio se tiñe de rojo morado, con el ácido muriático, mientras que la corteza se colora de un matiz verdoso. 

    La corteza tiene la particularidad de aumentar mucho de volumen bajo la influencia del agua. 

    En algunas raíces, aquellas más viejas, se ve una tercera zona negruzca ocupando al centro y constituyendo el corazón de la raíz. 

    Con un aumento de 6 diámetros se pueden percibir mayor numero de zonas, de las que no hablaremos por ahora. 

Tallos. —Delgados, cilindricos, rojizos, estriados longitudinalmente, nudosos, en zig-zag, quebradizos, con médula abundante. En una sección transversal se notan las zonas siguientes: una periférica cortical, compuesta de la epidermis, tejido celular con clorofila y fibras leñosas poligonales, cargadas de una substancia amarilla que se tiñe de rojo con los álcalis; otra media constituida también por fibras poligonales cargadas de substancia amarilla; y en fin, una central, formada por células incoloras flojas, que constituye la médula. 

Hojas.— Aovado-oblongas acuminadas, de 6 cents, de largo por 2 de ancho, delgaditas, simples, peninervadas, amplexicaules, lampiñas. 

COMPOSICIÓN QUÍMICA

    Como ya dijimos, el Sr. Gómez se ocupó en su tesis inaugural del análisis de la especie scandens, y encontró los componentes que siguen: 

            Materia colorante rojiza. 

            Idem grasa semilíquida. 

            Resina blanda amarillenta. 

            Idem seca negra. 

            Materia extractiva. 

            Clorofila. 

            Almidón (vestigios). 

            Sales minerales. 

    En este análisis no se indica cuál sea el principio activo. Por este motivo se emprendieron en el Instituto Médico algunos, trabajos para investigar especialmente dicho principio. 

    Se hizo lo siguiente: 

    500 grm. de polvo de hojas y tallos fueron tratados por dos kilos de rigolina en aparato de desalojamiento. 

    El extracto que dejó el petróleo por evaporación espontánea sería de diez gramos. 

    Era amarillo, de olor fuerte desagradable, que recordaba al del chile, reacción neutra; de consistencia cerosa y con multitud de cristales en agujas. Además manchaba la epidermis de un color moreno y provocaba inflamación cutánea. 

    Sometido al calor seco en embudo desecador, dejó desprender un principio volátil a la temperatura de 45 a 50° que puso moreno el papel almidonado que se había puesto en la boca del vaso. A los 90° próximamente se volatilizó un cuerpo que cristalizó en agujas amarillas sobre las paredes del embudo. A los 110° el desprendimiento de este cuerpo era abundante y se escapaba por la abertura de la rama del embudo. Tenía el olor repugnante del extracto, y producía en la faringe una sensación picante intensa, provocando tos, tal como pasa también y en las mismas condiciones con el chile. 

    Este cuerpo cristalizado en agujas finas era neutro al papel reactivo, insoluble en el agua, y produjo mancha negruzca sobre la piel. Además dió la reacción roja con el amoníaco. 

    Se suspendió el calor al llegar a los 110°, y el resto del extracto que quedó en el vaso era ceroso, conservaba muy fuerte su olor repugnante y obraba enérgicamente sobre la piel, produciendo mancha y picoteo a la hora y media de untado. 

    El principio cristalizado era soluble en el éter sulfúrico, en el alcohol a 85° y en agua fría. El agua hirviente lo disolvía en fuerte cantidad, dejándolo precipitar por enfriamiento en cristales amarillos, inodoros, que mancharon el cutis fuertemente, produciendo picoteo doloroso. 

    Después de varios ensayes conseguí obtener los cristales casi puros, que demostró ser de plombagín. Este se puede obtener de las dos maneras siguientes: 

Primer procedimiento.—Al extracto petrólico fluidificado por medio de una corta cantidad de petróleo se le agrega alcohol a 85°, cinco tantos el del petróleo y en seguida diez tantos de agua común. Se agita y se deja reposar unas doce horas, al fin de las cuales se ha cristalizado el plombagín, quedando en suspensión en el líquido, mientras que en la superficie se forma una capa sólida formada de grasa negruzca y cristales de plombagín. Se filtra el líquido para separar el plombagín y se deja secar en el mismo filtro. 

    En cuanto a la capa grasosa, se la comprime entre papel y así se le separa la totalidad del principio cristalizado. 

Segundo procedimiento .—Al extracto petrólico se le trata por alcohol a 85°, que disuelve mucho plombagín y algo de grasa. Al evaporarse el alcohol queda el plombagín en grandes cristales amarillos mezclados de grasa. Esta se llega a separar entonces comprimiendo los cristales entre papel. La grasa a su vez se aísla después de los papeles por medio del petróleo. 

    Hay que preferir al papel filtro, para comprimir los cristales, el papel liso propio para escritura; comprimir suavemente pero sin interrupción y elevar algo la temperatura. Se renuevan los papeles hasta que ya no se manchen. 

    El primer procedimiento es más ventajoso. 

Plombagín. —En cristales aciculares, amarillos, entretejidos formando masas esponjosas ligeras. Solubles en agua fría, más en caliente dejándolo depositar cristalizado por enfriamiento. Soluble en rigolina, alcohol y éter sulfúrico. Muy soluble también en aceite. 

    Sublimable sin alteración. Sus vapores irritan fuertemente la faringe y la laringe. Se volatiliza a la temperatura ordinaria, y sus vapores, según parece, tienen una gran potencia de difusión ó gran tensión para volatilizarse, como pasa con el mercurio. 

    Con los álcalis toman un color rojo morado, como de remolacha, que desaparece pasado algún tiempo ó con exceso de reactivo. Los ácidos hacen volver el color morado al amarillo. 

    Tiene acción neutra al papel tornasol. 

    No encierra ázoe. 

    Causa sobre la piel una mancha obscura y fuerte irritación. 

    Sus vapores coloran al papel engrudado, en moreno más ó menos rojizo. Esta mancha se pone roja morada con los vapores de amoníaco, y amarilla después con los de ácido muriático. 

    Al papel filtro no lo colora, así es que parece que el almidón ó substancias azoadas que lo acompañen son las que se tiñen bajo la influencia del plombagín

    Colora intensamente, primero de rojo, y pasa al negruzco después, a la albúmina de huevo coagulada, penetrando profundamente en la masa. La coloración roja se debe a lo alcalino de la albúmina. La misma coloración se produce y con más rapidez depositando una gota en la cara interior del cascarón , mientras en la exterior es más lenta en producirse. 

    Este principio, como no precipitó con los reactivos de los alcaloides, ni le he encontrado reacciones que indiquen sea un ácido ó glucósido, no lo he denominado con propiedad. El nombre de plombagín es pues provisional entretanto aclaramos algo de sus funciones químicas

Hasta ahora, según investigaciones del Sr. Armendáriz, parece que se puede considerar como un derivado de la antroquinona, análogo al ácido pipitzahoico y al crisofánico. 

ACCIÓN FISIOLÓGICA

    El Sr. Dr. Toussaint da el siguiente informe sobre los efectos fisiológicos del pañete, que fueran publicados en el “Estudio.” 

    Aplicada una hoja fresca sobre la piel y permaneciendo en contacto algunos minutos, produce una mancha gris morena que tarda varios días en desaparecer. Si la aplicación dura más tiempo (20' ó I hora) la mancha producida es más obscura y acompañada de una aureola roja, tardando mucho tiempo en desaparecer y verificándose esto por levantamiento paulatino de la epidermis dejando una base roja. Pasadas dos horas de contacto, se levanta la epidermis como con un vejigatorio de cantáridas, y con la diferencia de que el líquido exudado es poco abundante. Las observaciones anteriores fueron hechas en dos personas del Instituto y en un enfermo del Consultorio, de la 4a. Sección. 

    Para determinar las alteraciones producidas en los tejidos por la planta, se hizo una aplicación en la barba caruncular de un gallo con la yerba fresca machacada y dejándola cerca de dos horas. 

    La superficie de la barba había tomado un color plomizo brillante y se había hecho lisa. La barba en conjunto estaba tiesa, más dura que la congénere, y su temperatura se había elevado a 38°, siendo en la otra de 34°6. 

    Se tomó una pequeña porción para ver las alteraciones microscópicas, dejando el resto a fin de saber cuál sería el resultado final. Para describir las lesiones encontradas por el examen microscópico, me voy a permitir hacer una ligera indicación de la estructura normal de la barba del gallo, a fin de hacerme más comprensible. La barba es un órgano provisto de una abundantísima vascularización y de un sistema muscular para modificarla, teniendo sus elementos la siguiente disposición: 

    1°. Una capa epidérmica formada por epitelio pavimentoso estratificado. 

    2°. Una capa de tejido cavernoso. 

    3°. Una capa de haces musculares lisos surcada por gruesos vasos. 

    4°. Una capa de tejido fibroso. 

    5°. Una capa de tejido celular flojo que forma la parte central y en la que circulan los vasos principales, partiendo de ellos los ramos que van a terminar en la capa cavernosa después de atravesar la fibrosa y muscular. 

    Las alteraciones producidas por el pañete en la barba del gallo, consisten en la exfoliación de las capas superficiales del epitelio que toma un color obscuro, infiltración de pequeñas celdillas redondas bajo el epitelio que ha quedado adherente y en los travéculos del tejido cavernoso. 

    En la porción que se dejó al gallo con objeto de ver las modificaciones ulteriores, se notó a los seis días de la aplicación, que había engrosado considerablemente y tomaba el aspecto de tejido cicatricial reciente; es decir, estaba frío y con un color rosado casi blanco, presentando en la superficie cierta especie de bridas como las que produce la retracción cicatricial. Al examen microscópico se observó que la capa cavernosa, así como la muscular, habían desaparecido casi por completo, siendo reemplazadas por haces conjuntivos y fibrosos fuertemente infiltrados de pequeñas celdillas, los gruesos vasos en la capa celular rodeados también de abundante infiltración nuclear. Por lo que se ve, el pañete es un irritante cáustico poderoso que tiene la propiedad de teñir el epitelio. Para determinar qué especie de coloración es la que imprime a los tejidos epiteliales y para ver si es realmente el jugo el que tiene esta propiedad, se dejaron durante 24 horas en dicho líquido unos pedazos de uña y unas canas, habiendo tomado después de ese tiempo, los primeros un color moreno casi negro y las segundas un color castaño amarillento. Dicho color no desaparece por medio del agua ni del alcohol. 

    La Sección de Química nos proporcionó una agua destilada y un aceite, preparados ambos con la planta; pero no obtuvimos más que resultados negativos en las aplicaciones que hicimos. 

    Para averiguar la acción general sobre el organismo, el Dr. Toussaint hizo varias experiencias inyectando por la vía subcutánea a un perro el extracto de 0.60 centigramos de hojas secas; por la vía intravenosa a un conejo, el extracto de 0.25 centigramos de las mismas hojas, y por la vía intra-abdominal, de 0.50 centigramos de la misma parte de la planta a otro conejo, sin haber notado en ningún caso perturbaciones funcionales de importancia que indicaran algún efecto fisiológico general del pañete. 

    Además, el Sr. Toussaint no consiguió provocar efectos vomitivos en un perro haciéndole ingerir por medio de la sonda esofagiana el extracto de 22 gramos de las hojas indicadas. 

    Las posteriores aplicaciones que hemos hecho en el hombre usando el principio activo del pañete que hemos llamado Plombagín , comprueban lo observado por el Dr. Toussaint, y además nos enseñan que el principio que hemos aislado es el verdaderamente activo, el que obra como cáustico y de una energía muy considerable. 

    Lo hemos aplicado 4 ó 6 veces sobre la piel y hemos observado algunos detalles mas de los referidos; a saber: 

    Obra como a las dos horas, al fin de cuyo tiempo se sienten picoteos y comezón. Este tiempo varía según la finura de la piel. 

    La coloración del cutis es muy intensa pero hasta pasados algunos días, y tarda muchísimo tiempo en desaparecer. 

    Aplicado en solución oleosa sobre la córnea, la opaca rápidamente y no la tiñe de obscuro como a la piel. 

    Inyectados a una rana en el tejido subcutáneo 4 miligramos de principio activo, no le produjeron la muerte. 

    El plombagín inyectado en la barba de un gallo, en la dosis de 0grs02 disueltos en aceite, no causó fenómenos generales, pero sí locales. Al siguiente día se presentó la barba, de uno y otro lado, edematosa y negra. El color negro era sobre todo notable en el punto inyectado, que parecía de tinta. 

    Poco a poco se ennegreció toda la porción de la carúncula que había sufrido el contacto del líquido inyectado (cosa de dos centímetros en cuadro), se desecó y se puso tan dura como un carbón en el término como de 25 días. En seguida comenzó a desprenderse de los tejidos vivos la parte esfacelada y cayó como a los 50 días, quedando una cicatriz regular y completa. 

    Como se ve, el plumbagín produjo gangrena seca en los tejidos que tocó, sin causar fenómenos generales, y al parecer sin grandes sufrimientos. 

    Después de las anteriores experiencias llegamos a las conclusiones siguientes: 

    1a. Que e  pañete no es tóxico ni produce acción fisiológica general en los animales, al menos en las dosis indicadas. 

    2a. Que no es emético ni purgante. 

    3a. Que su acción principal es teñir ele negro los tejidos córneos y producirla muerte de los tejidos cuando dura en contacto con ellos por algún tiempo. El mecanismo de esta necrobiosis (?) parece ser debido a la acción modificadora que ejerce el plombagín sobre los principios albuminoides, penetrando en su masa lentamente y transformándolos en un estado impropio para las reacciones de nutrición. 

APLICACIONES TERAPÉUTICAS

    En la parte histórica vimos que se han usado como cáusticos diversas especies de plumbago, como odontálgico y como modificador poderoso de las úlceras pútridas y cancerosas. Se ha observado también que la especie zeylanica obra como antiperiódica y como un sudorífico enérgico. 

Como es probable que en esas especies y en la que nos ocupa, (Plumbago scandens) exista el mismo principio activo, el plombagín que hemos extraído del pañete, creemos que a nuestra especie se le podrán dar las mismas aplicaciones. 

    Para comprobar con experiencias esta aserción, hemos aplicado el plombagín en los siguientes casos: 

    La niña María A., de 12 años, sufría de dolores que le causaba una muela cariada. Se le aplicó en la cavidad un algodón con extracto petrólico de pañete, que está constituido por grasa y plombagín casi exclusivamente. 

    El dolor se calmó a la media hora y la enfermita pudo dormir tranquila toda la noche. Al día siguiente notamos que la superficie cariada se había teñido de negro lo mismo que el borde de la lengua y la comisura de los labios. 

    La enferma no se quejaba ya de dolor en la muela, pero sí de ardor en la lengua. A los dos días desapareció la coloración y toda la molestia. 

    Como a los 15 días se volvió a presentar el dolor en la misma muela y se repitió la curación como antes, obteniéndose el mismo éxito satisfactorio e igual coloración en la lengua y labios. 

    Para comprobar mejor este efecto antiodontálgico se le proporcionó al Sr. Dr. Soriano, dentista de México, una cantidad del extracto petrólico de plumbago. Dicho señor tendrá la bondad de usarlo y de remitirnos el informe correspondiente. 

    Se ha aplicado también a los enfermos del hospital como revulsivo, para combatir artritis antiguas, infartos ganglionares y úlceras rebeldes a la cicatrización, habiéndose observado en todos esos casos que obra como un buen revulsivo análogo al yodo y que acelera la cicatrización de las úlceras, y la resolución de los infartos. 

F. Altamirano. 






















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