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jueves, 25 de febrero de 2016

Notas de una excursión científica a Chimalpam. 25 y 26 de febrero de 1897.

25 de febrero de 1897.  Inicio una excursión de dos días a las montañas del pueblo de Chimalpam, situadas hacia el oeste de la capital, y que forman parte de la serranía de las Cruces.  Como resultado daré algunas recomendaciones y un clamado fuerte sobre cuidado ambiental.

A esta excursión, fui invitado por el Sr. Ingeniero G. Puga, director de la Comisión de Ingenieros que se ocupa actualmente de levantar el plano topográfico de esas regiones y estudiar todas las condiciones que contribuyan a aumentar el caudal de agua potable que viene a la ciudad.  El propósito de mi participación es que anote la distribución de la vegetación, el estado de los bosques y el de los manantiales visitados.

Mis observaciones las presentaré 2 de marzo de 1897 y serán publicadas en los Anales del Instituto Nacional.  Allí mencionaré que las coníferas y las cupulíferas (pinos y encinos) han desaparecido totalmente entre San Bartolo y Cerro Gordo, y que esas especies han sido sustituidas por la naturaleza con dos especies arborescentes, una leguminosa Ecsevhordha (Eysenhardtia) amorphoide o Palo dulce, y una cáctea, la Opuntia tuna o nopal.

Añadiré con fuerza: “esta sustitución es deplorable porque son árboles mucho menos útiles que los pinos y los encinos, y porque son el indicio de que ha cambiado radicalmente el clima en esa región y el estado físico-químico de los terrenos. Esto es, se ha cambiado de región húmeda en región seca, y la tierra humífera, esponjosa y fértil se ha convertido en terreno duro, casi impermeable y estéril.  Por otra parte, hemos notado que los terrenos que han sido poblados por el palo dulce y los nopales, se vuelven incapaces de volver a producir naturalmente bosques de coníferas y cupulíferas.  Esta circunstancia nos obliga a clamar fuertemente para que se impida cuanto antes que los terrenos que aún son ocupados hoy por bosques de coníferas, sean invadidos por el palo dulce y los nopales”.

Y concluyo: “Para esto hay que evitar el gran cultivo de cereales y magueyes sobre todo, que se hace día a día en los cerros que visitamos destruyendo pinos y toda clase de árboles. Es la tendencia actual que se nota en el pueblo de Chimalpam, sustituir bosque por magueyales”.




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