28 de septiembre de 1876. Primer experimento con extracto de granos del colorín (Erythrina coralloides) que se trata con alcohol a 85° en un aparato de desalojamiento; se destila el producto en una retorta al B. M., y se le deja evaporar al aire libre hasta que adquiera una consistencia semisólida…, fácilmente emulsionable en el agua, soluble en el alcohol. …A las 3 menos 19 minutos de la tarde, inyectamos a una paloma por la pechuga 1 gramo de la disolución del extracto, y a los 5 minutos el animal tuvo náusea que un momento después terminó con la expulsión de algunos granos de maíz. Notóse a la vez alguna torpeza en los movimientos, y perceptible dificultad de equilibrio, de tal suerte, que para permanecer en pie necesitaba el animal ampliar su base de sustentación, para lo cual aplomaba su cuerpo apoyándolo sobre las dos piernas que aplicaba sobre el suelo. Pasaron algunos minutos, y se notó cierta embriaguez o somnolencia que obligaba al ave a cerrar los ojos y a llevar al dorso la cabeza como en busca de un punto de apoyo: se percibió también muy claramente algún temblor fibrilar en todo su cuerpo. Haciendo algún ruido por cerca de ella, abría los ojos; punzándola con un alfiler se le encontraba sensible. A las 3 menos 5 minutos no pudo sostenerse en pie, y cayó sin convulsiones: punzándole ya no se movía. A las 3 y 4’ fue agitada por ligeras convulsiones clónicas, y quedó después en absoluta relajación muscular, de suerte que, tomándola en las manos, caía la cabeza hacia abajo o hacia el dorso, conforme a los movimientos que se daban al cuerpo, como si el pescuezo fuera de trapo. En este estado permaneció unos 20 minutos, durante los cuales la vida se fue extinguiendo muy lentamente, sin convulsiones, sin fatiga, sin dolor aparente, hasta que se perdió por fin. Hecha la autopsia del cadáver, no se encontró fenómeno perceptible fuera de alguna congestión del hígado. El corazón continuaba latiendo, y no perdió sus movimientos, ni aun separado del cadáver, sino hasta pasado algún rato. De lo observado dedujimos estas dos consecuencias: 1ª El extracto del colorín es venenoso. 2ª Este veneno mata atacando probablemente la fibra muscular como el sulfocianuro de potasio, o los nervios motores como el curare.
Fuente: Manuel Domínguez y Fernando Altamirano. Del Colorín. Gaceta Médica de México, 1877.
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