Preparadas nuestras ranas, inyectamos en una 5 centigramos de Erythrina, y en otra la misma cantidad de curare. La primera murió a los 3 minutos, y la segunda a los 8. (Conviene advertir al paso, que ignoramos cual sea la clase de curare de que nos venimos sirviendo, pues es sabido que su actividad cambia con el modo de prepararlo).
Muertos los reptiles, consultamos con los reóforos del aparato electro-magnético de Gaiff los nervios axilares, y los encontramos insensibles a la corriente; llevada ésta a los ciáticos, las piernas entraban en convulsión en una y en otra rana, pero al cabo de muy poco tiempo cesó este efecto en el animal curarizado, y al cabo de otro más largo cesó también en el que recibió la Erythrina.
Fuente: Manuel Domínguez y Fernando Altamirano. Del Colorín. Gaceta Médica de México, 1877.
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