Duodécimo experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides).

Noviembre de 1876. Duodécimo experimento con extracto de semillas de colorín (Erythrina coralloides).  Volvimos a aislar en una rana los plexos ciáticos, levantando el hueso que representa el sacro, y pasando por debajo de ellos un hilo con el que ligamos fuertemente el abdomen, e inyectamos la Erythrina por el dorso del animal.

Si nuestro veneno obra sobre la médula, nos dijimos, los crurales deben quedar paralizados, puesto que la médula es irrigada por la sangre que lleva el principio tóxico; si la Erythrina como el curare mata el nervio por su extremidad periférica, en este caso los crurales deben conservar su aptitud para transmitir a los animales que anima la excitabilidad que se les comunique, pues se ha impedido la acción del veneno sobre el extremo terminal de dichos nervios.

Muerto el batracio, aplicamos sobre los nervios en cuestión los hilos de nuestra pila, que es de corriente continua muy débil, y vimos con desconsuelo que, como en el experimento sexto, las piernas entraban en convulsión luego que los nervios eran excitados.

Vuelve este resultado a alejarnos de la verdad que creímos tener al alcance de la mano; vuelve a colocarnos casi en nuestro punto de partida, es decir, en aquel terreno en que podíamos asegurar que la Erythrina es un veneno paráliso-motor, pero no decir cuál sea el mecanismo de su acción. Algunos de nuestros experimentos parecen persuadir de que tal acción es central, pero otros indican muy claramente que es periférica. ¿En cuál de estas dos opuestas conclusiones reside la verdad que trabajosamente venimos solicitando?

Fuente: Manuel Domínguez y Fernando Altamirano. Del Colorín. Gaceta Médica de México, 1877.