22 de diciembre de 1886. Presento mi trabajo sobre la
Texcalama ante la Academia Nacional de Medicina de México, el cual será
publicado en la Gaceta Médica de México. Allí menciono que con el nombre de
texcalama se conoce una sustancia resinoide que se vende en nuestras boticas.
El vulgo la usa para formar con ellas bizmas que aplica sobre la cintura
generalmente, para curar algunas enfermedades del útero. Esta sustancia se
consumía antes más que ahora, y cada día cae en desuso, debido, según creo, a
que es ineficaz para curar afecciones uterinas, y sobre todo a que no se conoce
su naturaleza, y por lo mismo no se le pueden dar aplicaciones.
Fuente: Fernando Altamirano. Gaceta Médica de México. Tomo
22. Núm. 7. 1887.
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